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  HISTORIA DEL PIANO  
 

  POR: ELENA VASSILIEVA, VLADA VASSILIEVA Y GLEB DOBRUSHKIN

 
   
  El piano moderno  
 


El siglo XVII fue una etapa de grandes avances en todos los géneros de la música: el florecimiento de la ópera, el oratorio, la música de cámara y de concierto; el firme establecimiento de la tonalidad y el gran enriquecimiento de la armonía cromática y otros recursos expresivos; la propagación de salas de concierto y salones de ópera; el desarrollo de la orquesta sinfónica.
Los instrumentos musicales también tuvieron que evolucionar rápidamente. La flauta transversa suplantó a la flauta dulce, se desarrolló el clarinete moderno, las familias de alientos de madera y metal fueron modificadas, y todos los instrumentos pasaron por una serie de reformas para hacerlos más ágiles por medio de la creación de nuevos mecanismos. En los instrumentos de cuerda, el violín, la viola y el cello modernos reemplazaron a los instrumentos antiguos y entraron a su período de mayor refinamiento en las manos de famosas familias de lauderos como Amati, Guarneri y Stradivari.

En el caso de los instrumentos de klavier, la evolución de las obras, estilos, gustos, también dio lugar a que los compositores y los ejecutantes se vieran ante el inminente problema de que los instrumentos que existían ya no eran suficientes para poder ser dignos trasmisores de las últimas innovaciones musicales. Era necesario un instrumento más expresivo y flexible, que pudiera enfrentar los retos de esta emocionante época.

 
   
 

Y no era solamente un deseo de los compositores y ejecutantes profesionales el tener un instrumento de teclado más moderno, sino que era también el inicio de un amplio mercado de músicos aficionados, como consecuencia del crecimiento de la clase media que suplantó al antiguo sistema feudal; cada vez más gente encontraba los medios y el tiempo para hacer música en sus propios hogares.

Hubo bastantes experimentos con los nuevos tipos de mecanismo, pero son pocos los ejemplares que se conservan hasta ahora. Al rededor del año 1692, un instrumento nuevo y algo extraño fue diseñado por Pantaleon Hebenstreit, quien era un músico oficial en la ciudad de Merseburg. Esencialmente era un dulcimer (salterio) de gran tamaño, de más de tres metros de largo, con más de 200 cuerdas y una doble caja de resonancia. Su inventor fue homenajeado y pronto hizo una exitosa una gira por Europa. Su forma de tocar cautivó al rey Luis XIV en el Palacio de Versalles al grado de que el Rey Sol decretó que en adelante el instrumento debía ser llamado el Pantaleón.

Alrededor del año 1695 un italiano llamado Bartolomeo Cristofori comenzó a construir un instrumento que, aunque básicamente era de una especie similar al clavicordio y al clavecín, incluía en el diseño de su mecanismo un concepto revolucionario. Puesto que tanto en el clavicordio como en el clavecín, la vibración de las cuerdas era causada mediante el golpe de un palillo metálico o la punzada de una púa, las cuerdas comenzaban a vibrar siempre con el mismo volumen y tono, independientemente de cuan rápida o lentamente se presionaran las teclas.

 
     
 

En el instrumento desarrollado por Cristofori el elemento que ponía las cuerdas a vibrar era una pieza de madera con la forma de un martillo cuya punta estaba recubierta de cuero. Esto no producía un sonido metálico y estridente como en el clavecín o incluso en el clavicordio, sino un sonido mucho más dulce y sostenido. Además, el mencionado martillo tenía un sistema de escape mediante el cual era posible variar no sólo el volumen sino también el tono del sonido. Debido a estas nuevas características, este instrumento tenía notablemente mayor capacidad de expresión musical. Dependiendo de cómo se tocara el teclado, el sonido se volvía más manejable. Movimientos rápidos y bruscos de la tecla producían sonidos de gran volumen y brillantes; movimientos lentos y apaciguados producían sonidos más dulces y de menor volumen.

Este fue entonces el primer piano que se construyó. Su inventor Bartolomeo Cristofori lo llamó "Forte-Piano", nombre que significaba nada más que hacer referencia a lo que acabamos de definir como sus principales características: que el instrumento podía producir sonidos fuertes (forte) y suaves (piano). Por comodidad ahora únicamente se quedó la última parte del término y todos conocen a este instrumento como Piano.

Bartolomeo Cristofori construyó tres pianos en toda su vida, el más antiguo de los cuales se conserva en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y data de 1720. Indudablemente se han hecho incontables mejoras y avances desde estos primeros pianos hasta los pianos modernos, pero el concepto y la idea fundamental para su construcción continúan siendo las mismas. Se han optimizado materiales para lograr una mejor calidad de sonido, se ha aumentado paulatinamente el número de teclas (diapasón) para ampliar la capacidad musical del instrumento y también se ha mejorado el diseño. Pero el concepto fundamental de Forte-Piano como un instrumento capaz de lograr sonidos fuertes y suaves permanece siendo el mismo.

El piano de Cristofori fue el primero en poseer un mecanismo con martillos que podía lograr sonidos fuertes y suaves. En 1711 Scipione Maffei describe uno de los primeros pianos de Cristofori como un "harpiscordio (gravicémbalo) con fuerte y suave". Hacia 1726 Cristofori introduce un nuevo elemento en sus pianos, el sistema "una corda", que permanece hasta nuestros días. Se basaba en la posibilidad de permitir al ejecutante, mediante una acción específica, desplazar el mecanismo de tal modo que cada martillo golpee sobre una menor cantidad de cuerdas de lo que lo hace habitualmente, para lograr un sonido muy suave. En los pianos modernos actuales el efecto "una corda" permite que el martillo del piano golpee sobre una cuerda solamente, de cada grupo de tres cuerdas. Las primeras composiciones específicamente para piano hacen su aparición en 1732. Son las famosas 12 sonatas para piano de Giustini.

Lodovico Giustini nació en 1685, el mismo año que Bach, Haendel y Scarlatti, en Pistoia, Italia. Su padre fue organista de la congregación del Espíritu Santo en esa ciudad, y en 1725 le cedería el puesto a su hijo, quien lo ocuparía hasta su muerte en 1743. También fue organista en el colegio jesuita dei Nobili, y hacia el final de su vida fue organista de la Catedral de Pistoia. Compuso varias obras religiosas, entre ellas cantatas, oratorios, lamentaciones. Fue el primero en componer música para el piano moderno, y gracias a esto fue que pasó a la historia. Su obra la llamó 12 Sonate da Cimbalo di Piano i Forte Dette Vulgarmente di Martelletti, y fueron publicadas en Florencia en 1732.

Debió ser enorme la complejidad del diseño, por primera vez en la historia, de un mecanismo que, activado por una tecla, pueda causar que un martinete no sólo golpee la cuerda sino que se separe de ésta inmediatamente, permitiendo que la cuerda permanezca vibrando aun cuando el dedo siga oprimiendo la tecla, se recupere rápidamente para un nuevo golpe, y permita el control de un amplio rango de dinámicas y matices con, simplemente, variar la presión de los dedos sobre las teclas.

 
   
 


Piano de Gottfried Silbermann   
       


Piano de Cristofori, 1722. 
  

Pero Cristofori no sólo solucionó todos estos problemas, sino que incorporó cuerdas dobles para cada nota, un pedal apagador, y un mecanismo que permitía golpear únicamente una de cada par de cuerdas, exactamente como nuestro pedal una corda moderno. En 1726, la fecha del último de sus instrumentos que aún existe, su mecanismo ha sido perfeccionado al punto en que es sorprendentemente similar al diseño básico actual en todos los pianos de las marcas Steinway, Bossendorfer, Bechstein, y Yamaha.

Juan Sebastián Bach tiene contacto por primera vez con un piano pocos años antes de su muerte. Este piano había sido construido por Gottfried Silbermann quien construía pianos desde 1725.

Este señor era un constructor de órganos de la ciudad de Freiberg, en Sajonia. Conoció el piano de Cristofori hacia finales de la década de los años veintes del siglo XVIII, y parece ser que se interesó tanto que empezó a construir sus propios pianos.

El primer contacto que tuvo Bach con los pianos de Silbermann sucedió en la corte de Federico II de Prusia, y parece ser que Bach se vio poco satisfecho con el nuevo mecanismo que seguramente aún estaba lejos de la perfección. Exagerado o no, se dice que a raíz de esto el rey Federico II obligó a Silbermann a destruir varios de sus pianos con un hacha.

 
   
 

Once años más tarde, Bach volvió a encontrarse con Silbermann quien durante este tiempo había hecho considerables mejoras al mecanismo, y Bach mostró bastante entusiasmo. Le pidió a Silbermann que hiciera el mecanismo menos pesado y que reforzara el volumen del sonido en las octavas superiores. Silbermann accedió, y esto produjo que Bach posteriormente se convirtiera en una especie de agente de ventas de estos pianos. Desde el taller de Gottfried Silbermann se desarrollaron las famosas escuelas de construcción de pianos conocidas como la "Escuela alemana" y la "Escuela inglesa”. Dos de los alumnos de Silbermann, Johannes Zumpe y Americus Backers, emigraron a Londres, donde desarrollaron un piano que poseía el mismo mecanismo que el de Cristofori aunque con notables modificaciones. Este mecanismo evolucionado fue el más tarde se llamó "Mecanismo inglés".
Otro discípulo de Silbermann llamado Johann Andreas Stein, tal vez el más notable de todos sus alumnos, realizó otras variantes al mecanismo original de un diseñador llamado Schroter. Este mecanismo fue el que más tarde se conoció como "Mecanismo alemán o Vienes".

Los pianos ingleses también se conocieron como pianos Zumpe (aludiendo al famoso alumno de Silbermann que los diseñó), y poco a poco fueron entrando en la vida musical de la época. En 1767 un piano Zumpe se usó para acompañar un recital de canto en Londres, y en 1768 Johann Christian Bach dio un recital con otro piano Zumpe. Este hecho fue importante, pues Johann Christian gozaba de fama y prestigio, e influyó bastante en el mercado y las preferencias del público.

Más tarde, entre 1767 y 1772, John Broadwood modifica un poco el mecanismo del pianoforte en la denominada “gran acción” inglesa. Sus pianos, menos refinados que los de Cristofori, intentan ganar potencia de ataque lanzando el martillo hacia la cuerda por una palanca intermedia puesta en acción por una “falsa escuadra” desde la tecla. La fuerza del sonido era mayor en estos pianos, aun que tuvieron el inconveniente de que la mecánica era bastante pesada, y requería mucho mayor esfuerzo por parte del instrumentista. Broadwod comenzó a fabricar sus pianos en serie, y pronto estos pianos de cola suplieron definitivamente a los clavecines.

   
 

Piano de Doménico del Mela, 1739. 

Piano de Stein

Por otra parte, Johann Andreas Stein se instaló en Viena, donde hizo algunas adaptaciones al mecanismo de Cristofori, instalando un apagador independiente por cada tecla. Los martinetes estaban en contacto directo con las teclas, por lo que el movimiento era a través de un rebote. De su maestro Silbermann heredó la constancia de los investigadores, sometiendo las tablas armónicas a todas las inclemencias atmosféricas posibles, y reforzando los materiales que trabajaba con técnicas que sólo él conocía.

Los pianos que produjo se caracterizaban por ligereza de teclado, velocidad de respuesta y por consecuencia buena repetición, permitiendo muy buen control de la pulsación. En 1777 W.A.Mozart conoció los pianos de Stein, quedando muy satisfecho. Posteriormente el negocio de Stein pasó a manos de su hija Nanette, quien siguió produciendo instrumentos que gustaron a los músicos de la época, entre ellos a L.W.Beethoven.

En Francia destaca Sebastián Erard, quien produjo en 1790 un piano de cola que se singulariza por su original sistema de “martinete falso”, agilizando bastante el teclado inglés. Su preocupación principal era mejorar la rapidez y la respuesta del teclado, reforzando al mismo tiempo la sonoridad del instrumento. Esto lo llevó a la idea de fabricar pianos que el lugar de dos cuerdas por tecla tuvieran tres, tradición que se conservó hasta nuestros tiempos.

En 1809 Erard patenta un mecanismo de repetición con estribo, donde el martinete está más cerca de la cuerda, y al año siguiente crea el primer piano de media cola, acortando las cuerdas en el registro agudo. Por este invento recibe la medalla de oro en la primera exposición de pianos en 1819. Podemos observar que todos estos procesos de perfeccionamiento del mecanismo de los pianos sucedieron en las tres principales capitales musicales de la época: Londres, Viena y París, y poco a poco convencieron a los clavecinistas a pasar de este instrumento al piano.

F.J.Haydn adquiere un piano en 1788, aconsejando a sus amigos que hicieran lo mismo, aun que todavía sus conciertos los compone indistintamente para clavecín o pianoforte. La generación siguiente de músicos definitivamente prefiere el pianoforte, y el ejemplo más representativo de la primera generación de pianistas fue Muzio Clementi.

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